¿Qué entendemos con la palabra responsabilidad?
Para mí es una de las acciones que más me ha liberado. Entender su sentido real.
Al responsabilizarnos de aquello que sentimos, se abre un espacio de posibilidades. Pensemos por un momento.
No hay nada que suceda fuera de nosotros.
Sí, nos encontramos en un lugar y en un tiempo. La experiencia no esta sucediendo fuera. Lo sentimos en nosotros. Si nos alegramos por alguna situación que sucede en el mundo, es uno mismo que tiene la experiencia de alegría. Al igual, si nos enfadamos por la acción o la palabra de otra persona, ¿quién se está enfadando?
Responsabilizarse no quiere decir, cargar con las historias de otros o culparse de algo realizado. Es entrar en la presencia de lo que estoy sintiendo sin importar la causa. Tomar consciencia de la emoción que surge de mi en relación con lo que está sucediendo a mi alrededor y sucede en mi.
Tuve la plena comprensión en relación con la responsabilidad cuando contaba con, mas o menos, 24 años. Enfadado con el mundo, culpándolo de lo que me sucedía, me di cuenta de que no tenía ningún poder. Lo único que surgía de ese patrón de pensamiento era enfado, impotencia y confusión. De eso me di perfecta cuenta.
Al darme cuenta, supe que el único responsable de lo que estaba sintiendo era yo mismo. En ese momento sentí una liberación instantánea. Pues podía tomar partido intimo para cambiar esas sensaciones. Es más no tenia que hacer nada. Las sensaciones y emociones se diluían por si solas y en situaciones en las que tenia que hacer una actuación, tenia más claridad.
A día de hoy (54 años) sigo teniendo mis miedos y mis dudas, mis emociones y mis decepciones. Y doy gracias que puedo darme cuenta de que soy yo quien tiene la responsabilidad con todo ese sentir. Y ello me sigue dando una sensación de libertad inmensa.
Me relaciono con el mundo. El mundo sucede en mi interior.
Como seres vivos y humanos, interrelacionamos con todo nuestro entorno, visible y no visible. Estamos conectados con todos los cambios que suceden alrededor nuestro e incluso lo que pueda suceder al otro lado del universo. No estamos separados. No tenemos control sobre el mundo externo.
Es mucho más fácil y practico hacer cambios en la percepción de nuestro mundo interno con el que sentemos el externo.
Al mismo tiempo al cambiar nuestra percepción interna estamos accionando en el mundo fenoménico, el mundo objetivo.
El mundo externo o también lo podemos llamar mundo funcional, se rige por unos patrones y unas formas que como sociedad y en relación con las leyes del universo, se han determinado como “reales”.
Lo que somos más allá de esta funcionalidad es la realidad con la que nos relacionamos con nosotros mismos y con el mundo. Y esta realidad no se rige por las mismas leyes funcionales del objeto. El sujeto ni tan solo necesita de la palabra para Ser, ni necesita una identificación con objeto alguno para continuar Siendo. Y vuelvo a repetir. Nada sucede fuera de nosotros.
A través de los sentidos y la mente, vamos conformando un mundo y lo convertimos en objetivo. Este proceso es totalmente natural y está relacionado con la existencia en este cuerpo mente.
Y en todo ello no hay problema alguno. Es perfecto.
Lo convertimos en un obstáculo en un condicionamiento, cuando nos identificamos con el objeto como algo real y le damos atributos externos.
Cuando me doy cuenta de que aquello que siento, experimento le estoy dando atributos y ello sucede en mi interior, es en ese momento en el que me hago responsable de lo que estoy sintiendo y soy libre para llevarlo a otro campo.
Como he dicho el sujeto no se rige por las mismas leyes funcionales del mundo.
Es cuando llevamos lo que sentimos y pensamos al silencio que la sabiduría profunda del Ser se expresa y sana.
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