En el quinto día en India. Com mucha tranquilidad. En la playa tomando el sol y unos baños. Sin horas para desayunar ni para comer, ni para cenar. Con la buena compañía de unos amigos que he conocido aquí a través de otra amistad.
Con el placer de compartir los instantes con plena libertad.
Llegue a India por Mumbai. Dos días en esta gran ciudad ya me han situado de nuevo en la dinámica de este país. Siempre en actividad, con gente por todos sitios y a todas horas.
Olores i perfumes, colores y situaciones, me captan los sentidos. En la calle caminando funciono como n vehículo más. Con confianza. Las aceras no se para que las hacen si nadie las usa. En el caso un orden. Todo el mundo alerta del movimiento de todo el mundo. Y así funciona a la perfección la dinámica de la ciudad.
Los servicio a todos los niveles. Si buscas local, pagas como local. Si buscas un servicio igual al que estamos acostumbrados en Europa. Pagas como tal o más.
La comida local está buenísima. El picante te protege de todo germen. Y cocinan con unas temperaturas en los fogones muy altas. No puede quedar ni un microbio. Solo hay que vigilar con los productos frescos y las aguas.
Cocos y dosa masala.
Ahora estoy en Palolem. En Goa.
Y acabo de comprar el billete al próximo destino. Thiruvannamalaia.
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