En contacto con la quietud

La fuerza de la quietud en la biodinámica creaneosacral.

Recordemos que aparte de ser personas, somos humanos. Experimentamos el dinamismo de la vida desde el nacimiento hasta la muerte. Y como seres vivos la vida quiere vivir. El instinto de supervivencia tiene mucha fuerza y es natural en todos nosotros. Al mismo tiempo el personaje creado por nuestra mente también va a querer sobrevivir y para ello necesita que la inercia del condicionamiento sea constante. 

La vida tiene capacidad para adaptarse. El personaje necesita que el cambio sea el mínimo posible y tiene más dificultades de adaptación cuando la identificación con el personaje es fuerte. 

Una de las cualidades como seres humanos es nuestra capacidad para originar personalidades. Y aún más fuerte es la cualidad de identificación con el personaje y los objetos que lo refuerzan.
Ello sucede casi sin darnos cuenta. 
En todo ello nos encontramos con muchas formas que se entrelazan entre ellas. Para mantener estas inercias se requiere una retroalimentación de los patrones adquiridos por nuestra mente.
Tenemos que sumar todas las situaciones de vida que nos van a afectar generando patrones traumáticos o nos va a reforzar en nosotros mismos.
Y mientras todo va bien, no hay problema. Pero estos patrones creados por la mente no se pueden mantener eternamente. Llega un momento que se convierten en un peso y si no somos capaces de dejarlos ir, se convierten en somatizaciones varias.

Como individuos necesitaríamos hacer una parada en el camino, como hace todo animal para recuperarse. Pero no. Eso no está en nuestro funcionamiento. Para ello hemos creado la distracción, para no parar y observar. Eso nos daría mucho trabajo y generaría muchos cambios. Cosa que no le gusta al personaje.

El cuerpo tiene una gran capacidad sanadora. Y para ello ha de estar en quietud, en silencio. Y si no somos capaces de hacerlo por nosotros mismos, que es lo más eficaz, nos dirigimos a facilitadores que nos ayuden.

La quietud está relacionada principalmente con el cuerpo. La ausencia de presencia en el cuerpo dispara la imaginación y nos lleva a donde sea para no entrar en contacto con las emociones que nos molestan y nos conectan con la sensación y con las barreras que hay que travesar para solucionar una situación que se va repitiendo. 

Recordemos que la presencia en este cuerpo humano, como Ser que somos, está relacionada con este cuerpo humano. Y la mente es un órgano que aparte de ser la gran creadora, su gran función es darse cuenta de la presencia en este cuerpo en este instante. Y esta es la gran fuerza sanadora del conjunto cuerpo/mente.

El deterioro de la salud en el cuerpo nos lo encontramos por la perdida de potencia, un proceso natural, donde la persona va perdiendo vitalidad hasta el traspaso.
Por situaciones de estrés e inercias, el cuerpo entra en un estado de deterioro donde la potencia se encuentra con barreras de tensión corporal y mental que no permite una buena respiración de los órganos y tejidos. Estos entran en disfunción y nos encontramos con problemas de salud. 

Muchos de nosotros perdemos la relación con el cuerpo. Este a veces solo lo usamos para estar en forma, que no quiere decir que estemos en contacto con él.
El contacto con el cuerpo se realiza desde la quietud, en el movimiento sensorial, dándole espacio para que realice su función sin intervención y sí en colaboración con las funciones corporales, observando la posición de la mente y como ello afecta al cuerpo. Sin intervención. 
Ello nos permite estar con el cuerpo y escucharlo sin importar el estado en el que nos encontremos.
Toda persona puede experimentar la sensación corporal, sin voluntad. Observando como el movimiento de la mente afecta a la sensación y por consecuencia al cuerpo. Y esto activa la capacidad natural del cuerpo a sanar.

¿Por qué en este caso no es necesario tener voluntad alguna?

Es muy sencillo. No hacemos nada que no sea para mejorar nuestro estado a uno mejor. Y ello se da en cada uno de nosotros. Es un programa ya incorporado en nuestro sistema operativo. Lo que sucede que nuestros condicionamientos y el miedo a lo desconocido nos hace actuar de forma reactiva y nos activa una serie de deseos y voluntades que muchas veces no son coherentes con la realidad de la persona y la realidad orgánica. Y en este caso las voluntades se convierten en acciones adversas.
Por ello es importante parar con decisión y acoger toda  duda; Sin alimentar los miedos y acogiéndolos; Sin voluntad y observando como la inteligencia natural del cuerpo/mente se despliegan.

Dificultades con las que nos encontramos: 
La necesidad de entender procesos. El cuerpo está más unido a la consciencia del Ser que a la mente. No necesita comprensión alguna para funcionar. La mente, a la que la hemos unido más a una personalidad, cuando esta quiere respuestas, busca y busca, sin darse cuenta de lo limitado que pude llegar a ser el conocimiento en un mecanismo que se pierde para la comprensión, como es la vida en sí. 

¿Podemos confiar que aquello que sea relevante para nuestro funcionamiento nos será revelado?

El cuerpo siempre está en plena presencia, respiro ahora y mi corazón está latiendo ahora. No tiene pasado, no tiene futuro. Evidentemente, hay una vida vivida. Pero esta se está expresando en este mismo instante. El cuerpo está expresando nuestra historia con una forma y funcionalidad reaccionando al mapa mental de cada persona.

La expresión de este instante la podemos atribuir a una historia que se irá modificando en función del sentir de cada instante. Es este sentir lo que tiene más fuerza, más que la propia historia. En nuestra cultura hemos aprendido a dar más importancia a las historias mentales que a la observación de las sensaciones. Las sensaciones nos pueden hacer daño y lo evitamos. El mental lo podemos modificar siempre y nos montamos nuestras propias historias para evitar la sensación. Pero las sensaciones se quedan. Están relacionadas directamente con nuestra historia. La mente solo nos da un escenario y cuando no nos gusta, intentamos buscar otro escenario. 

Al contactar con el cuerpo, con nuestras sensaciones, nos da una vía para que la energía implantada en nuestro cuerpo por experiencias pasadas en forma de trauma físico o mental, se libere. Liberando las construcciones mentales que son fruto de estos impactos en nuestro organismo.

Y evidentemente hay personas que somos más sensitivas o más mentales. A efectos es lo mismo. Simplemente, varía la forma de expresión. Unos lo liberan por el cuerpo/mente. Y los otros por la mente/cuerpo.

Como facilitador en biodinámica, me tengo que recordar cada día de todo lo dicho hasta ahora.
Muchas veces me veo con la intención de generar una acción para realizar cambios orgánicos en la persona, cambios personales. Y siempre me encuentro con una barrera al forzar una situación que necesita su tiempo, que pide ser acogida tal como es.

Cuando el acompañamiento se hace desde la quietud, entramos en lo desconocido, en combinaciones de movimientos infinitos. Yo, personalmente no puedo abarcar tanta información. Pero cuando paro y dejo de hacer, se presenta todo con claridad. Sin nombres ni atributos. Simplemente, sé que estoy en el lugar correcto. No hay duda, no hay deseo.

Todo se hace por si solo y a pesar de mí. No hay necesidad alguna que el cambio se atribuya a mí. Simplemente, hemos participado en un pequeño proceso en todo el engranaje. 

Alumnos me han comentado a veces que esta práctica no afecta solo al organismo y su personalidad. Que se mueven situaciones de la persona en el plano funcional. Y así es, sin que ello sea atribuible exclusivamente a la práctica en sí. 
El conocimiento del cuerpo y de la mente nos ayuda en la práctica terapéutica. Nos permite situarnos en el mapa. Pero al realizar la práctica desde la quietud, desde el silencio, si no dejamos el conocimiento a un lado, este se puede convertir en un obstáculo. 

No es lo mismo un contacto, donde me abro a todas las posibilidades, acogiéndolas. A un contacto donde hay una dirección y una intención.

Como facilitador, estoy en presencia, observando sin voluntad alguna y acogiendo sin alimentar patrón alguno. Dejando que la sabiduría natural de la persona actué por si sola.

Para mí la biodinámica no es únicamente una técnica que aplicar a alguien. Es una forma de comprender lo que somos acompañando a otras personas que nos enseñan parte del camino. Compartimos unos instantes que nos ayudan a tener una mejor comprensión.

Como he comentado antes, el cuerpo siempre está en presencia. Y justamente esta presencia, como facilitador, es la base del contacto con la persona. Estar en presencia es hacerse responsable de uno mismo. No damos atributos a nadie. Lo que sentimos lo sentimos en nosotros. Este punto es importante para no hacer uso de la voluntad. 
Estoy en contacto con otra persona y observo sin dar atributo alguno. Lo que escucho, reacciona en mí, y solamente refleja el impacto que tiene la presencia del otro en mi mismo. 
Me acojo. Al acogerme estoy acogiendo aquello que viene de la otra persona. Siento el movimiento que se genera en esta relación sin acción, donde la única acción es acompañar. En este instante no hay necesidad de comprender. En presencia me muevo con el movimiento. Y mantengo el punto de anclaje, que es mi propio cuerpo como facilitador. 

¿Puedes confiar en la sabiduría del cuerpo?

Hay un proceso de rendición en la confianza a algo más allá de nuestra comprensión. Y a veces queremos rendirnos sabiendo que es lo que sucederá. Y no funciona. La rendición solo se da a lo desconocido.

En la rendición se activa un mecanismo natural no condicionado y que no necesita de logismos para su funcionamiento. Y está fuera de la comprensión intelectual. Sucede por si sola. 

En este último párrafo hablo de la relación con el otro. Esto mismo me lo aplico a mi mismo, pues no hay otro. Y estoy muy agradecido de poder continuar aprendiendo acompañando y acompañado sin que ello genere una separación.

Artículo publicado en la revista «la marea» de la asociación de biodinámica en España el mes de junio de 2022

Una respuesta a “En contacto con la quietud”

  1. Gràcies Alfons! Mha arribat a l ànima 🙏 … I lha tocat de plè. Gràcies! Petons,

    Paquita

    Me gusta

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