Sanación. En la quietud dinámica. 

Carta a unos compañeros y amigos en el camino del descubrir.
En su momento, os pedí que me hicierais una definición de lo que creéis que es para vosotros el proceso de sanación con lo que hemos estado trabajando estos meses. Aquello a lo que llamamos biodinámica.

Me habéis comentado todo tipo de cosas, todas ellas ciertas y coherentes. Para mi no hay una sola forma de describirlo, pues cada cual tenemos nuestra propia percepción. Y si os acordais, ya dijimos en su momento que todo es mentira, al mismo tiempo que es verdad. 

De alguna manera y con pocas palabras, lo que he querido mostrar, es como nosotros mismos nos creamos nuestras propias realidades desde nuestro juicio, desde nuestras proyecciones, hacia nosotros, hacia otros y con lo que nos rodea.

Si tengo una intención, esta es que cada uno de vosotros os encontréis, para que podéis compartir con el resto de Todos nosotros aquello que sois. Independientemente de la forma en que nos expresemos o seamos.

Gracias a todos por atreveros a ser y mostraros. 
Voy a hacer un resumen en relación a vuestros escritos, tal como los he ido recibiendo.
En el trabajo de sanación, cuando empezamos y también cuando seguimos en el camino, tenemos la tendencia de querer saber. Saber que nos dice el cuerpo. Queremos interpretar. Y en este trabajo solo hay que estar. La tendencia a discernir aquello que siento, viene del temor a aquello que desconozco, tengo que encasillarlo para sentir que estoy en un espacio conocido. 

En la presencia no hay una técnica que aplicar para casos específicos. Solo dejarnos sentir. La acción se realiza por ella misma desde este espacio desconocido que es la propia consciencia de los que participamos en el proceso sanador. Tanto por el practicante como por el paciente.
“El principio de la sanación, también podemos decir que organiza los procesos de la dinámica vital. Y que se puede hacer sin tocar, solo con la presencia”

Así de simple. El estado de presencia, donde no hay un juicio del pasados y por ello no hay una identificación con un futuro. Cuando las memorias del organismo paran, entran en quietud, en ese momento tenemos la opción de soltar los patrones que nos han tenido atados. Sin tocar, solo con la presencia. O tocando desde la presencia y la conexión con el otro. En contacto con el campo donde se están accionando los procesos. El principio organizador del sistema vital y universal se encarga de sanar todo aquello que esta sucediendo en este mismo instante, como parte del proceso. No estamos curando a nadie, ni salvando la humanidad. Estamos en presencia en un instante con una persona y que al mismo tiempo forma parte de todo.

 

“Cada vez que alguien sana, sana también el todo en el que estamos”.
Es un profundo trabajo corporal y emocional y también espiritual. Nuestro cuerpo es el contenedor de nuestra alma que es a su vez la expresión del espíritu, que no tiene forma ni está identificado a nada. Conectamos es con esta parte espiritual que no se diferencia ni del cliente ni de uno mismo. Por ello es tan importante estar en la presencia en el estado corpóreo. En este cuerpo, el espacio que ocupa y que siente. En la relación con la sensación del cuerpo con el todo. El juicio o la interpretación, nos sacan de este momento y de la escucha. Recordad que el cuerpo siempre esta en estado presente y no miente.

Recordemos que enjuiciar es poner una etiqueta a algo, creando inmovilismo. A diferencia del discernimiento que seria, sentir aquello que es apropiado en cada momento.
Al estar en un espacio, en presencia y la intención en contacto con el cliente, el cuerpo utiliza sus propios recursos para la autocuración. el propio sistema busca el equilibrio de la manera más natural que existe. 

Alguno ha puesto, “en el vacío no hay ausencia”. “Presencia, vacío, plenitud de la consciencia”. Y otros habéis puesto que es muy complicado explicar lo que es la biodinámica, cuando estamos trabajando con lo intangible, con nada.

¿Como explicamos aquello que no se puede definir?. En el momento que lo queremos fijar, desaparece, quedando solo una sensación, una percepción, que al mismo tiempo si queremos definir, ya no es. No se puede atrapar.

Estamos en el mundo del no conocimiento y de plena sabiduría. Cuando se une lo que sabemos, lo que no sabemos y lo que ni sabemos que sabemos, que juego ¿no?. Bueno, y cuando todo esto se une con la consciencia, le llamamos sabiduría. Y nos permite estar en un lugar con la certeza que estamos en el lugar correcto.

Espero no os haya liado. sino, os lo volveos a leer.
En este lugar de vacío con plenitud de consciencia, es donde se realiza la sanción. Donde el cuerpo utiliza sus propios recursos para sanarse de la forma más natural que existe.
Como ya hemos dicho, no hay paciente ni practicante, solo la expresión de la consciencia. En las sesiones, tanto terapeuta como paciente, van a espacios profundos. 
La Fe, la confianza. Confiar en que hay un orden superior al que todos estamos conectados. No hace falta ser espiritual ni religioso. Entender que no tenemos acceso a todos los procesos que se suceden en los procesos de vida. que hay una infinidad de variantes que simplemente suceden y que todas ellas están conectadas. Y que nosotros solo estamos en presencia para facilitar que la persona que nos viene a ver, su Ser, su organismo, se relaje para poder entrar en contacto con este orden. Con su esencia. 
Algunos me habéis comentado que este periodo de aprendizaje, os ha ayudado a ser más vosotros mismos. un comentario que me ha alegrado el corazón. Pues de esto se trata, que todos podamos ser nosotros mismos. Y para ello también hemos aprendido a que los otros sean ellos mismos. 

De otra manera estamos intentando que todo el mundo venga nuestro terreno para reforzar nuestra neurosis de nosotros mismos desconectados de lo que somos en realidad
En todo este proceso el cuerpo es el catalizador de aquello que nos va sucediendo. El cuerpo en si mismo no tiene consciencia. Por ello cada persona vive las sensaciones corporales, en relación a como la mente procesa las experiencias y las emociones. Y a todo ello tenemos la consciencia que está por encima de todo y es la que recibe y percibe todo lo que sucede. 

Todas las personas tenemos procesos de enfermedad y sanación. La resistencia a estos procesos es la que hace que los síntomas, el dolor lo sintamos más o menos. El proceso emocional por el que pasamos, en el que la mente se siente atrapada, nos puede llevar a estados y vivencias de todo tipo. 

Al realizar las sesiones, con lo que principalmente estamos trabajando es con esta resistencia que impide a la persona sentirse. Al relajarse, al soltar, las percepciones cambian y la persona tiene la opción de hacer cambios en ella misma. Si se realizan, se sana. Hay que saber que somos libres y podemos elegir no sanar, pues nos es más conocido el mudo del dolor. El miedo a lo desconocido nos puede hacer mantenernos en el sufrimiento. Hay personas que optan no sanar. Y yo, personalmente, confío que tarde o temprano harán el cambio.
El cuerpo tiene una funcionalidad, cuando se va fuera de balance, surgen los síntomas, y estos, por su desconocimiento, nos pueden llevar a estados emocionales que nos crean más desequilibrio.

Aquí la importancia de entrar en contacto con la sensación de aquello que surge. Traerlo al momento presente como algo que estoy sintiendo ahora, sin interpretación. Cuando entramos en contacto con este instante, de forma natural el sistema entra en quietud. Entramos en contacto con el vacío donde todo se está dando. En el espacio donde se realiza la sanación
Por ello, la sanación biodinámica, puedo decir, que es este momento en el que la mente entra en quietud para ir a la esencia, en este lugar donde no hay ni trauma ni enfermedad. Y el cuerpo, sin la interpretación ni el juicio de la mente, puede acceder a su matriz original conectada con nuestra esencia espiritual y soltar los patrones que están propiciando una situación de vida. Alineando el cuerpo con la mente y el espíritu.
Cuando entramos en contacto con el cliente, no hay nada que curar. Ya que si hubiera alguna enfermedad que curar, estaríamos perdiendo contacto con el proceso de la totalidad de aquello que está sucediendo. Si focalizamos el resultado solo para conseguir un objetivo, Estamos perdiendo la oportunidad que la persona que nos viene a ver, entre en contacto, solo por un instante, con su esencia en estado de quietud. El sanador, aquí lo único que hace es estar en presencia para acompañar en el proceso. 
Con el corazón abierto. Es un gran placer poder compartir con todos vosotros estos instantes en los que vuestra propia sabiduría se ha mostrado para que todos podamos aprender. Como facilitador he aprendido. Y todo esto no es solo en beneficio de unos pocos. Es en beneficio de todos.
Un fuerte abrazo, 

Alfons
 

 

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